viernes, 18 de diciembre de 2009

Decodifican el código genético de los cánceres de piel y pulmón

Un equipo internacional de científicos dieron un paso que puede ser revolucionario para los tratamientos contra esta enfermedad. Descubrieron que un fumador suma una nueva mutación en el ADN de sus pulmones cada 15 cigarrillos.
Por: La Vanguardia. Especial para Clarín.

Un equipo internacional de científicos decodificó el código genético entero de dos de los cánceres más comunes y letales , el de piel y el de pulmón, un paso que puede ser revolucionario para los tratamientos contra esta enfermedad.

Wellcome Trust, la mayor organización médica de carácter benéfico del mundo , informó hoy que lograr estos detallados mapas abre el camino para que un mero análisis de sangre permita una detección temprana de la enfermedad y facilita la elaboración de nuevos fármacos más eficaces en la lucha contra el cáncer.

El estudio se enmarca en un esfuerzo internacional conjunto para decodificar los distintos cánceres: en el Reino Unido se trabaja para descifrar el código genético del cáncer de mama, en Japón para el de hígado y en India para el de boca. China está estudiando el cáncer de estómago y Estados Unidos, los de cerebro, ovarios y páncreas.

El profesor Michael Stratton, del Wellcome Trust, destacó que el esfuerzo conjunto de científicos de una decena de países se prolongará al menos diez años, en una tarea que "va a cambiar la manera en la que pensamos sobre los casos individuales de cáncer".

"Identificando todos los genes del cáncer podremos desarrollar nuevas drogas que ataquen de manera específica los genes mutados y determinar qué pacientes se beneficiarán de estos tratamientos nuevos", dijo Stratton.

"Podemos anticipar el momento -añadió- en el que hacer el seguimiento de la eliminación de un cáncer mediante su catalogación se convertirá en un procedimiento de rutina". Incluso será posible, explicaron los autores del proyecto, desarrollar análisis de sangre que permitan anticipar el riesgo de padecer un cáncer por parte de adultos sanos.

Los científicos descubrieron, por ejemplo, que el código del ADN del melanoma contiene más de 30.000 errores, causados casi en su totalidad por una excesiva exposición a los rayos del sol.

Por su parte, el ADN del cáncer de pulmón presenta más de 23.000 errores debido principalmente a la inhalación del humo del tabaco, un cálculo que permitió a los autores del estudio afirmar que un fumador habitual suma una mutación genética por cada quince cigarrillos.

Muchas de esas mutaciones serán inofensivas, pero algunas serán las que desencadenarán el cáncer, explicaron los expertos ."Es como jugar a la ruleta rusa", afirmó el investigador Peter Campbell en el estudio publicado por la revista "Nature".

"La mayoría de las veces las mutaciones recaerán en partes inocentes del genoma, pero algunas alcanzarán los objetivos necesarios para desencadenar el cáncer", explicó Campbell.

El estudio en detalle de estos "mapas del cáncer" contribuirá a un mejor conocimiento de qué estilos de vida y qué factores medioambientales están detrás de los distintos tumores cancerígenos.

El Instituto de Investigación del Cáncer del Reino Unido expresó su optimismo ante este importante paso porque "es la primera vez que un genoma completo del cáncer se ha secuenciado y es previsible que se conozcan en adelante los detalles de otros cánceres".

"A medida que esta técnica revele más genomas del cáncer -dijo- tendremos una mayor capacidad de entendimiento acerca de cómo se origina y cómo se desarrolla el cáncer,
mejorando nuestra capacidad y nuestra habilidad para prevenir, tratar y curar el cáncer".

El profesor Carlos Caldas, del Instituto de Investigación del Cáncer de Cambridge (Reino Unido), calificó este estudio de "pionero" y definió este trabajó como una tarea de "arqueología molecular", en la que los investigadores "han revelado las capas de información genética para descubrir el historial de la dolencia".

"Lo novedoso en este estudio es que los investigadores han podido relacionar mutaciones particulares con su causa", destacó.

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miércoles, 26 de agosto de 2009

Descubrieron un mecanismo clave de las defensas del organismo

Podría utilizarse para mejorar tratamientos de cáncer, diabetes y esclerosis múltiple.
Por: Valeria Román

Uno de los dilemas de los padres con los hijos es que tienen que brindarles cuidados sin una sobreprotección excesiva. El sistema inmune del organismo humano tiene un "dilema" similar. Debe funcionar para atacar virus, bacterias, células descontroladas (es decir, células tumorales), y otros extraños, pero a la vez debe saber cuándo detenerse. De lo contrario, el mismo sistema puede ser contraproducente para el organismo: este problema está en la base de enfermedades como la artritis, la esclerosis múltiple y la diabetes, entre otras.

Hasta ahora se sabía mucho sobre cómo hace el sistema inmune para producir una defensa. Pero poco se conocía sobre cómo hace para suspenderla. Un equipo de científicos argentinos, liderado por Gabriel Rabinovich, en el Instituto de Biología y Medicina Experimental del Conicet, encontró una respuesta: descubrió un mecanismo que hace que el sistema de defensas del organismo se frene y silencie.

El hallazgo podría ser útil para diseñar nuevos tratamientos para diferentes enfermedades y fue aceptado en la revista Nature Inmunology. El resultado forma parte de la tesis doctoral de Juan Martín Ilarregui. También participaron Diego Croci, Germán Bianco, Marta Toscano, Mariana Salatino, Juan Stupirski, Jorge Geffner y Mónica Vermeulen. "Encontramos los engranajes moleculares que hacen que el sistema inmune se desactive", explicó Rabinovich a Clarín. Esos engranajes van operando en un circuito, que fue revelado por los investigadores a través de experimentos realizados con células humanas sanas en el laboratorio y con ratones que tenían anulados ciertos genes.

Los científicos encontraron que, después de que el sistema inmune ataca y genera una inflamación, una proteína (galectina-1) se une a cadenas de azúcares que están en células del sistema inmune y aumenta sus niveles. Como consecuencia, otras células (llamadas dendríticas) se vuelven capaces de producir otros cambios moleculares (que involucran otros engranajes: las proteínas interleuquina 27 y 10), un proceso que termina frenando la respuesta inmune.

Este mecanismo no estaría funcionando bien en los pacientes con enfermedades autoinmunes. Por ejemplo, en la esclerosis múltiple, hay un ataque sin pausa sobre el sistema nervioso; y en el caso de la diabetes, sobre el páncreas. Existe ahora la posibilidad de desarrollar fármacos que imiten a ese mecanismo y que hagan que el sistema inmune se frene a tiempo. Lo valioso del hallazgo es que puede ser aplicado en el sentido contrario: en los casos de cáncer y en infecciones. "Se podrían desarrollar tratamientos que activen la respuesta del sistema inmune para que ataque a virus, bacterias o tumores". El estudio fue apoyado económicamente por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, por la Fundación Sales, por la Universidad de Buenos Aires, la Fundación Fiorini, las donaciones de las familias Ferioli y Ostry, y un subsidio del Cancer Research Institute, de los Estados Unidos.

miércoles, 24 de junio de 2009

MEDICINA ANALGESICA Y PALIATIVA (Autor Dr. Alcides Nardone)

MEDICINA ANALGESICA Y PALIATIVA

Es mi deseo inicial que estas líneas, sirvan para que toda aquella persona que las lea obtenga la total convicción que la batalla contra el dolor y los síntomas que lo acom-pañan cualquiera sea su origen, esta muy cercana a ser definitivamente ganada.-
Es una realidad y no una esperanza.
Esta proviene, no solamente de la multitud de trabajos y textos que diariamente se vuelcan a la consideración del cuerpo médico mundial, sino por nuestra propia practica medica diaria, tanto a nivel hospitalario como privado.-
Es decir que, en estos días tenemos a disposición, un extenso arsenal de medica-mentos estrictamente analgésicos y los que nos permiten neutralizar los diversos sínto-mas que lo acompañan, según la enfermedad que se trate.-
Esto estos avances necesitan de un modelo de atención medica que los acompañe o lo que es igual que no existan desigualdades en la obtención de estos recursos ya que a veces su obtención no es tomada como de estricta necesidad por nuestros sistemas mé-dicos a pesar de las múltiples recomendaciones al respecto de la Organización Mundial de la Salud.-
Pero también es cierto que, encabezados por los especialistas en Anestesiología, el cuerpo médico argentino comenzó con esta tarea hace más de 30 años, para que estos tratamientos lleguen a quienes los necesitan rápida e integralmente.-
También se logró que la Medicina del Dolor, se incluyera dentro de los derechos de los pacientes. En la actualidad la mayoría de los hospitales de la CABA y algunos del co-nurbano tienen con distintos niveles de desarrollo servicios o grupos de trabajo destinados específicamente a este fin, entregando muchos de ellos la medicación necesaria en forma gratuita.-
Creo que, a partir de que la población los solicite con firmeza y continuidad, las au-toridades irán proporcionando una mayor y mejor cobertura para esta sintomatología tan invalidante y preocupante para quienes la padecen y el acceso a la medicación y procedimientos serán universales.-

Dolor en el cáncer:

Dentro del contexto de esta enfermedad, los avances en drogas y procedimientos han sido constantes. Es así que hoy podemos decir que, ningún paciente con cáncer debe sufrir dolor ya que los medios para su efectivo control están desarrollados.-
Sin embargo debemos aclarar que tratar el dolor y sus síntomas concomitantes no significa hacerle a cada paciente una anestesia general, sino que cuando somos llamados a atender a un paciente podemos, dentro de lapsos razonables de tiempo, producir una analgesia satisfactoria.-

Porqué el uso de medicamentos opioides:
Cuando tenemos que atender a una persona con dolor, la primera y principal pre-gunta que hace el especialista es “Cuanto es lo que le duele” y esto es así porque esen-cialmente el quantum del dolor es lo que nos definirá el tipo de tratamiento y no tanto el nombre de la enfermedad o el momento en que se encuentra.-
Esta valoración que se hace habitualmente en una escala de cero a diez.-
Cuando esta, es entre 1 y 5 será medicada con medicamentos analgésicos no opioides y cuando es entre 6 a 10 con opioides mas los necesarios adyuvantes.-


Y aquí surge una generalizada preocupación ya que esta clase de drogas: Morfina y sus derivados como la Oxicodona, la Metadona y el Fentanilo tienen en el imaginario popular la sensación de su indicación “porque la muerte esta cercana”.-
Nada mas alejado de la realidad porque, por lo que anteriormente expresé, su indi-cación se debe a la cantidad de dolor y no al nombre o al momento de la evolución de la enfermedad.-
Tanto es así, que la extensión de su uso actualmente es universal ya que son usa-dos por ejemplo tanto en el período postoperatorio como para las enfermedades doloro-sas más comunes como por ejemplo las complicaciones de la diabetes, la osteoporosis etc.-
También las actuales recomendaciones, contemplan el iniciar su uso lo mas tem-prano posible ya que los medicamentos analgésicos comunes no fueron diseñados para ser utilizados durante lapsos de tiempo mas o menos extensos, por la calidad y cantidad de efectos secundarios que producen, dentro de los que no son una excepción las hemo-rragias del aparato digestivo. Por esto es que siempre recomendamos a los pacientes que no se automediquen.-

¿Estos tratamientos producen adicción?
Tampoco es cierto que estos medicamentos produzcan indefectiblemente adiccio-nes. Una persona usará por ejemplo cocaína para cambiar su estado de animo y esto en corto tiempo lo convertirá en adicto a ella; en cambio si una persona es medicada con Morfina u otro opioide porque tiene dolor, cuando este desaparece, solo necesita disconti-nuar su uso según le indicará el especialista, no quedando por ello con ningún tipo de acostumbramiento o adicción.-
Es por todo esto y mucho mas que, como expresé al comienzo la batalla contra el dolor de cualquier origen, esta muy cercana a ser ganada, siendo esto una realidad coti-diana y no una esperanza. En mi servicio del Htal Ramos Mejia (CABA) tenemos dos pre-misas, la primera es “tolerancia cero al dolor” y la segunda es “hacia un Hospital sin do-lor”. Nuestra atención es inmediata y sin turno porque sentimos y practicamos que: “al dolor no hay que tolerarlo hay que aliviarlo donde y cuando se presente”

Dr. ALCIDES NARDONE
Matricula Profesional 37810
Médico Anestesiólogo
Especialista en Medicina Analgésica y Paliativa
154 404 0624
alnardone@netizen.com.ar

domingo, 7 de junio de 2009

Las vacunas contra el cáncer, más cerca

Ya hay algunas en la fase previa a su aprobación.

Despertar las defensas del paciente para que reconozcan las células tumorales y así poder combatir la enfermedad con armas que son propias del organismo es el objetivo de las vacunas terapéuticas contra el cáncer. No apuntan a prevenirlo, sino a poner el sistema inmunológico en pie de guerra contra el mal.

Cáncer de pulmón, de cerebro, melanoma y linfoma son algunas de las afecciones oncológicas que, en la actualidad, cuentan con vacunas experimentales que están cada vez más cerca de llegar a los pacientes. En la 45ª reunión científica anual de la Sociedad Americana del Cáncer (ASCO, según sus siglas en inglés), de Estados Unidos, que acaba de finalizar en esta ciudad, se presentaron nuevos estudios que confirman la eficacia y seguridad de estas futuras vacunas.

Stimuvax, o vacuna liposómica BLP25, se encuentra actualmente atravesando un estudio de fase III (previo a su aprobación por parte de las agencias regulatorias de fármacos) en 1300 pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas en los que no es posible extirpar quirúrgicamente el tumor. Aquí fueron presentados los resultados del seguimiento de más de 8 años del estudio de fase II, que confirma la seguridad a largo plazo de la vacuna que enseña al sistema inmunológico a reconocer la proteína MUC1, presente en la superficie de las células tumorales.

Ese estudio halló que la vacuna había aumentado la sobrevida de los pacientes de 13,3 a 30,6 meses. "Hay una gran necesidad no satisfecha en el tratamiento del cáncer de pulmón de células pequeñas avanzado: no más del 20% de los pacientes tiene una sobrevida mayor que 5 años -declaró el doctor Charles Butts, de la Universidad de Alberta, Canadá, autor principal del estudio-. Si hallamos una eficacia y seguridad similar en el estudio de fase III, y Stimuvax es aprobada, tendremos un nuevo abordaje terapéutico para los pacientes con esta devastadora enfermedad."
Fase superada

Una vacuna que acaba de superar con éxito su fase III de investigación clínica se esconde detrás de la críptica sigla gp 100:209-217(210M). Diseñada para actuar contra el melanoma, el más agresivo de los tumores de la piel, esta vacuna se administra junto con la interleukina-2 (el tratamiento estándar para melanoma avanzado), y ha demostrado duplicar la respuesta de los pacientes al tratamiento, deteniendo el crecimiento del tumor o incluso reduciéndolo en algunos casos.

Al igual que Stimuvax, la gp 100:209-217(210M) enseña a las células del sistema inmunológico a reconocer una proteína presente en la superficie de las células del melanoma. "Este estudio sirve de prueba de concepto del rol de las vacunas en melanoma, y en cáncer en general. Si podemos utilizar las propias defensas del cuerpo para atacar las células tumorales, le proveemos de un mecanismo para deshacerse del cáncer sin destruir los tejidos sanos", dijo el doctor Patrick Hwu, profesor de la Universidad de Texas, Estados Unidos, y autor del estudio.

En el caso del anticuerpo ch14.18, ésta es la primera inmunoterapia que ha demostrado ser efectiva para el neuroblastoma, una forma de cáncer muy agresivo que se desarrolla en las células nerviosas de los chicos pequeños. Los resultados del estudio de fase III presentados aquí en ASCO muestran que su adición a los tratamientos convencionales mejora la sobrevida a los dos años (86% vs. 75% en el grupo que no recibió el anticuerpo).

Finalmente, investigadores de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, dieron a conocer los resultados de otro estudio, también de fase III, con una vacuna contra el linfoma folicular no-Hodgkin. A diferencia de las anteriores vacunas, BiovaxID se elabora a partir de las propias células tumorales del paciente; esta vacuna "a medida" logró que la sobrevida libre de enfermedad de los pacientes tratados sea de 44 meses, contra 30 meses del grupo que no había recibido la vacuna.

"La proteína [sobre la que se basa BiovaxID] es única en cada paciente, por lo que constituye un buen blanco para una vacuna -dijo en conferencia de prensa el doctor Stephen Schuster, profesor de la citada universidad y principal autor del estudio-. Su elaboración, que se hace a partir de las células tumorales del paciente, demanda 3 meses; es algo que hemos podido hacer en tiempo real, en situaciones clínicas reales."

Link original:http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1135455

lunes, 1 de junio de 2009

Personalización de las terapias, la nueva clave para el cáncer

Personalización de las terapias, la nueva clave para el cáncer
Ya hay varios biomarcadores que permiten tratar no enfermedades, sino pacientes

No hay que tratar enfermedades, sino pacientes. Pero durante décadas las terapias oncológicas han sido dispensadas en función del tipo de tumor por combatir, de su localización o de su estado. La persona detrás de la enfermedad, con sus características individuales, no era considerada una fuente de información para determinar qué tratamiento habría de ajustarse mejor a su situación.

El desarrollo de las llamadas terapias dirigidas, que actúan sobre blancos específicos de las células tumorales, y de modernos métodos diagnósticos genéticos y moleculares está abriendo camino hacia la personalización del tratamiento del cáncer. "Cada paciente con cáncer es diferente, y un abordaje terapéutico único para todos no es lo óptimo", declaró el doctor Richard L. Schilsky, presidente de la Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO, según sus siglas en inglés), que hasta mañana reúne a unos 30.000 especialistas en su 45° encuentro científico anual.

"Incluso cánceres del mismo diagnóstico difieren en sus características genéticas y moleculares en formas que pueden influir sobre el pronóstico del paciente y su respuesta al tratamiento -agregó Schilsky-. Estas características pueden llevarnos a usar un tratamiento en particular o a concluir que esa terapia no será efectiva en la situación particular del paciente."

La lista de avances en este tema presentados aquí en Orlando es extensa. De hecho, "Personalizar el tratamiento del cáncer" es el eslogan del congreso. Se han identificado nuevos marcadores biológicos o genéticos que permiten determinar qué pacientes tienen más posibilidades de beneficiarse con el uso de ciertas drogas, como también fueron presentados nuevos estudios diagnósticos que permiten predecir cómo evolucionará la enfermedad luego del tratamiento.
Abordaje personalizado

Según señaló Schilsky en conferencia de prensa, un ejemplo de personalización de los tratamientos bien establecido es el gen KRAS, que permite identificar a los pacientes con cáncer colorrectal que pueden beneficiarse del uso de un anticuerpo monoclonal llamado cetuximab. El medicamento es efectivo en aquellos pacientes en los que el gen KRAS no está mutado, y para saberlo basta con un test genético.

"Claramente, la evidencia muestra que haciendo un simple test podemos evitar dar el medicamento a quien no se va a beneficiar y darlo a quienes sí", dijo Schilsky, profesor de medicina de la Universidad de Chicago, Estados Unidos.

La lista de nuevos biomarcadores que permiten determinar si un paciente se beneficiará o no de determinado tratamiento alcanza no sólo a las terapias dirigidas, sino también a las quimioterapias convencionales. También hay indicadores clínicos que, ahora se sabe, deben ser tomados en cuenta antes de indicar un tratamiento. Aquí, un resumen de los estudios más relevantes:

* Investigadores de la Universidad Pierre y Marie Curie, de Francia, hallaron que los pacientes con cáncer de pulmón tratados quirúrgicamente que presentan niveles bajos de dos proteínas (MSH2 y ERCC1) en los tumores tienen más chances de responder a la quimioterapia con cisplatino.

* En los pacientes con cáncer de estómago avanzado en los que el tumor es positivo para el test que determina la presencia del receptor HER-2, la adición del anticuerpo monoclonal trastuzumab a la quimioterapia permite extender la sobrevida. Sólo el 22% de los cánceres de estómago son HER-2 positivo.

* La adición de oxaliplatino a la quimioterapia convencional sólo es útil en los pacientes menores de 70 años, concluyó un estudio de investigadores de la Clínica Mayo y del Instituto del Cáncer Dana Farber, de los Estados Unidos.

* El test genético Oncotype DX, desarrollado en la Universidad de Oxford, Inglaterra, permite determinar qué pacientes con cáncer de colon tienen mayor riesgo de que, una vez extirpado el tumor, la enfermedad vuelva. El test estará disponible en 2010 y permitirá identificar a los pacientes que deben recibir quimioterapia; los demás, podrán evitar sus efectos secundarios.

* Un nuevo análisis del estudio FLEX señala la existencia de un factor clínico predictor de mayor sobrevida en los pacientes con cáncer de pulmón que reciben cetuximab. "Aquellos que desarrollan una reacción o rash cutáneo después de recibir el medicamento tienen una mayor chance de respuesta", dijo a LA NACION el doctor Jan Vermorken, director del Departamento de Oncología Médica del Hospital Universitario de Amberes.

* Otro estudio, en este caso sobre cáncer orofaríngeo, halló que los tumores que contienen virus papiloma humano (HPV, según sus siglas en inglés) responden mejor a los tratamientos convencionales que aquellos que son HPV-negativos.

"Más allá de mejorar los resultados de los pacientes individuales, un abordaje personalizado del cáncer puede reducir sustancialmente el costo del tratamiento", opinó Schilsky.

"El futuro del tratamiento del cáncer es la personalización de las terapias: el tratamiento adecuado para la persona adecuada en el momento adecuado", concluyó. Un futuro que comienza a tomar forma.

Fuente: Diario La Nación
Link: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1134333

viernes, 24 de abril de 2009

Acuerdan cómo detectar y tratar un cáncer de mama muy frecuente

Diez sociedades científicas elaboraron el primer consenso nacional para el carcinoma ductal in situ

Fabiola Czubaj
LA NACION

En los últimos años, los especialistas en la detección del cáncer mamario advirtieron el aumento de un cáncer no invasivo que crece en los conductos mamarios. En la Argentina, el carcinoma ductal in situ (CDIS) afecta al 40% de las mujeres con cáncer de mama.

Por eso, y a pedido de la Sociedad Argentina de Mastología (SAM), la Academia Nacional de Medicina (ANM) convocó a 10 sociedades científicas a elaborar las primeras recomendaciones científicas para diagnosticar y tratar ese cáncer muy frecuente.

"La mujer debe saber que si se hace los estudios de control a partir de los 40 años, o antes si tiene antecedentes familiares, y se le detecta este tipo de tumor localizado -aseguró el doctor Jorge Gori, presidente de la SAM- la tasa de curación es hoy del 98%, lo que es una gran noticia."

Reunidos en un salón del primer piso de la Academia, representantes de las entidades redactoras del consenso coordinado por el doctor Gonzalo Rubio dialogaron con LA NACION antes de su presentación oficial, que será hoy, a las 19.30. El CDIS, define el documento, es "la proliferación de células epiteliales neoplásicas confinadas a los conductos y los lobulillos mamarios".

La ecografía y la resonancia nuclear magnética son muy útiles para detectar esa lesión, y también es efectiva la mamografía. Sin embargo, sólo el 25% de las mujeres de entre 40 y 65 años accedería en el país a un estudio mamográfico periódico y de calidad.

"En más del 90% de los casos, el CDIS aparece en la mamografía como pequeños puntitos blancos (microcalcificaciones) que nos hacen sospechar", dijo el doctor Román Rostagno, especialista en imágenes mamarias y miembro de la Sociedad Argentina de Radiología y de la ANM. Para el diagnóstico, agregó, se extrae mediante una punción una muestra que se envía a los patólogos, quienes la analizarán para confirmar o rechazar la presunción.

Según el tamaño de la lesión, su ubicación, su relación con respecto a la mama y la extensión de las microcalcificaciones, se considerará si lo mejor es conservar o no la mama. El tratamiento contempla también, por ejemplo, el uso de radioterapia cuando se opta por la cirugía para conservar la mama.

Las guías explican que la reconstrucción mamaria puede realizarse inmediatamente después de la mastectomía. "No existe objeción a efectuar la mastectomía cuando sea decisión de la paciente. No obstante -advierte el texto-, debe asegurársele la información adecuada, de manera que comprenda que se trata de una enfermedad de muy buen pronóstico y con una mortalidad extremadamente baja."

Ocurre que la información es, para los expertos consultados, una deuda pendiente de salud pública. "La paciente se controla si está informada", opinó Gori. Según la doctora Angélica Pollina, presidenta de la Asociación de Patólogos de Buenos Aires y Gran Buenos Aires, "las mujeres todavía llegan a la consulta con los tumores palpables, así que por más que en el hospital haya un mamógrafo o buenos ginecólogos, el problema sigue siendo la información. Eso reduce el porcentaje de casos curables".

De hecho, la patóloga Alejandra Maciel, del hospital Rivadavia y miembro de la SAM, comentó: "En los hospitales públicos vemos más carcinoma ductal invasor [CDIS que salió del conducto y los lóbulos], mientras que en los centros privados vemos un aumento del carcinoma in situ, que en la mayoría de los centros especializados puede llegar al 25 o 30% de los casos, una cifra más que interesante".

Para Eduardo Abalo, jefe del Servicio de Mastología del Cemic y secretario general de la SAM, la diferencia entre público y privado se debe a una mayor detección. "Es difícil saber si el aumento es del cáncer en sí; lo real es que vemos cada vez más casos", dijo.

Y el doctor Alberto Torres, vicepresidente de la Asociación Argentina de Ginecología Oncológica, destacó: "No todo el país tiene posibilidades de responder de la misma forma, y el consenso lo contempla". Pero como lo planteó la doctora Isabel Frahm, del Sanatorio Mater Dei y miembro de la Sociedad Argentina de Patología, "las argentinas tienen el hábito de ir al ginecólogo, pero a muchas no les revisan las mamas. Por eso es importante que lo pidan".



Link original:http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1120875

domingo, 5 de abril de 2009

Los genes no lo son todo

ANGELA BOTO 20/07/2008

Pinche aquí para ver su versión original.

Lo que hacemos con ellos; cómo vivimos, comemos y pensamos, también influye en lo que somos. Estudios recientes demuestran que podemos introducir cambios en nuestro genoma que pasarán a nuestros descendientes.

Descubrir que no tenemos muchos más genes que un gusano o que una mosca fue un duro golpe para el orgullo sapiens y quizá también para los científicos que pensaban que el ADN brindaría todas las respuestas sobre la condición humana. Aquello de “es genético” o “tiene el gen de…” dejó de tener demasiado sentido ya a principios del milenio con la secuenciación del genoma humano. Y cada vez está más claro que lo que cuenta no es el ADN y su configuración, sino lo que lo rodea. La realidad es que no somos lo que está escrito en nuestros genes, sino lo que hacemos con ellos. La realidad es que podemos introducir cambios en nuestro genoma, y, lo que es aún más impactante, las modificaciones que introduzcamos pasarán a los hijos y a los nietos.

Lo realmente importante para la vida no es la composición de la doble hélice, si tenemos tal o cual gen, sino qué genes están encendidos y cuáles apagados. Una de las pruebas más palpables y sobre todo visibles de este hecho la obtuvieron Randy Jirtle, un investigador de la Universidad Duke (Estados Unidos), y su equipo. Sus ratones fueron concebidos, nacieron y crecieron en el laboratorio de Jirtle, y aunque parezca increíble son genéticamente idénticos, la composición de su ADN es exactamente la misma. La única y fundamental diferencia entre el rechoncho y amarillo roedor y su marrón y estilizado hermanito se encuentra en las condiciones en las que discurrió su gestación.

“¡Los genes no son el destino! Las influencias medioambientales, entre las que se incluyen la nutrición, el estrés y las emociones, pueden modificar esos genes sin alterar su configuración básica”, escribe, en La biología de la creencia, Bruce Lipton, un biólogo molecular estadounidense que en su libro defiende la capacidad que tiene el ser humano para intervenir y modificar su biología. La consecuencia última de la visible diferencia va más allá de la estética, porque el animal amarillo desarrollará obesidad mórbida, diabetes y muy probablemente morirá de cáncer, mientras que su hermano marrón tiene todos los elementos para vivir una vida sana y tranquila.

El experimento de Jirtle ha puesto en juego elementos que intervienen en la vida cotidiana de los humanos, y aunque los investigadores son prudentes a la hora de trasladar las conclusiones de una especie a otra, admiten que cada vez hay más datos que indican que lo que se ha observado con los ratones amarillo y marrón podría extrapolarse a los humanos. En una primera parte del experimento, el equipo de la Universidad Duke expuso a hembras de ratón en gestación a un agente químico, el BPA, que forma parte del plástico que se encuentra en todas las casas (envases, recipientes, biberones, etcétera). Todos los vástagos que nacieron eran amarillos, o, lo que es lo mismo, con predisposición a sufrir las enfermedades mencionadas.

En la segunda parte del estudio nacieron los ratones mencionados. Los dos de la misma madre y con la misma carga genética. Durante la gestación del roedor amarillo, la madre recibió el BPA y una dieta normal. Sin embargo, durante la gestación del marrón, la progenitora, que también recibió el compuesto del plástico, siguió una dieta especial enriquecida con ácido fólico y genesteína, un folato presente en la soja.

El resultado exterior está a la vista, pero vayamos al interior de las células para ver lo que ha provocado esa diferencia entre hermanos genéticamente idénticos. Lo ocurrido es tan simple como el mecanismo de un interruptor de la luz. En este caso, la bombilla sería un gen asociado con la obesidad, la diabetes y el cáncer. El interruptor de encendido, el BPA; el de apagado, la dieta. Es decir, que aunque el componente plástico tiene un efecto tóxico que enciende el gen patológico, con la dieta se ha logrado eliminar. Todo ello se produce a través de una serie de marcas químicas que cuando están presentes en la estructura del gen lo inactivan.

En lo que se refiere a los humanos, recientemente se ha publicado un nuevo estudio en Proceedings of the National Academy of Science, de Estados Unidos, en el que se ha visto cómo pacientes con tumores de próstata lograron apagar dos familias de genes que favorecen la enfermedad. El apagado se produjo tras tres meses de un estilo de vida diferente: llevaron una dieta baja en grasas, con alimentos no procesados y verduras; practicaron técnicas de control del estrés y ejercicio físico, y, por último, también se ocuparon de su mente, asistieron a grupos de apoyo psicosocial –se sabe que el estrés psicológico provoca el encendido y apagado de genes–. Las conclusiones del trabajo son preliminares, pero están en consonancia con las de otros similares, de modo que el camino parece ser el adecuado.

“Hay que luchar contra el determinismo genético. El genoma nos da una tendencia a ser de cierta manera, pero es cómo vivimos lo que hace que seamos de una forma determinada”, explica Manel Esteller, director de epigenética del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (Madrid) y del Instituto Catalán de Oncología (Barcelona). Esteller es un reconocido experto en epigenética. Esta disciplina, con poco más de una década de existencia, es una auténtica revolución en la biología; algunos la llaman el segundo genoma o el interlocutor entre genoma y ambiente. La epigenética ha podido dar respuestas donde la genética ya no tenía ninguna: por qué los ratones idénticos genéticamente son tan diferentes, por ejemplo. “La diferencia entre genética y epigenética probablemente puede compararse con la diferencia que existe entre escribir y leer un libro. Una vez que el libro ha sido escrito, el texto (los genes) será el mismo en todas las copias. Sin embargo, cada lector podría interpretar la historia del libro de una forma ligeramente distinta, con sus diferentes emociones y proyecciones, que pueden ir cambiando a medida que se desarrollan los capítulos”, comenta Thomas Jenuwein, investigador austriaco.

No tan espectaculares a la vista como los ratones americanos, pero tanto o más significativos, son los resultados del grupo de Manel Esteller. Sus investigaciones con personas genéticamente idénticas son conocidas en todo el mundo por su importancia y trascendencia. El investigador español ha estudiado a decenas de parejas de gemelos de distintas edades, y ha podido observar cómo la forma de vida va dejando sus huellas en el ADN en forma de genes que se encienden y se apagan. Un solo dato ilustra bastante bien los hallazgos de Esteller: las diferencias en las marcas químicas presentes en los genes –cambios epigenéticos– de gemelos de 50 años son cuatro veces mayores que las que se pueden encontrar en gemelos de sólo tres años. Además, la disparidad aumenta a medida que aumentan las diferencias en el estilo de vida.

Obviamente, la influencia de la epigenética en nuestras vidas no se limita a las patologías como el cáncer, que es el principal objetivo de Manel Esteller, sino que condiciona el proceso de envejecimiento, el comportamiento y, por supuesto, la salud emocional y mental. “Estamos estudiando la enfermedad de Alzheimer, y hemos encontrado que el patrón epigenético [las marcas químicas en el ADN] de un cerebro con esta patología es diferente del de uno sano”, explica Esteller. También en las cada vez más frecuentes enfermedades autoinmunes se han observado cambios epigenéticos que hacen que algunos genes se expresen, y que, por tanto, se produzca una respuesta inmune contra el propio organismo. Tampoco los trastornos cardiovasculares escapan a esta sutil marca.

Sin embargo, lo más importante y trascendente es que todos los cambios epigenéticos se transmiten a las generaciones futuras. Son ya famosos los experimentos con ratas de Michael Meaney de la McGill University de Montreal (Canadá), en los que se vio que cuando las hijas de madres descuidadas y poco amorosas eran criadas por ratas cariñosas y afectivas, la herencia genética quedaba de lado, y cuando esas hijas se convertían a su vez en progenitoras, se comportaban como sus madres adoptivas y no como las biológicas. Dicho de otro modo, la herencia no es ni mucho menos una fatalidad porque es posible cambiarla.

En el caso de los humanos, algunos estudios de poblaciones han encontrado que el tipo de alimentación de los abuelos tiene un efecto sobre el riesgo que tienen los nietos de desarrollar diabetes o enfermedades cardiovasculares. De modo que no sólo somos lo que comemos nosotros, sino lo que comieron, lo que respiraron, lo que sintieron…nuestros ancestros. Hasta ahora estas tendencias no tenían una confirmación biológica, pero “cada vez hay más datos que sugieren que la epigenética sana se transmite a las generaciones futuras, y la alterada, también”, asegura Esteller. O sea, que aquello de “mi cuerpo es mío y hago lo que quiero” está muy bien, pero hay que tener en cuenta que los descendientes también van a sufrir los excesos o a beneficiarse de los cuidados. Como ha dicho un conocido genetista del University College London, “todos somos guardianes de nuestro genoma”.

De hecho, la epigenética, además de su impacto directo en nuestras vidas, remueve los cimientos de la mismísima teoría de la evolución. Parece que Charles Darwin no tenía toda la razón. Por su parte, el despreciado Jean-Baptiste Lamarck, un naturalista francés ligeramente anterior a Darwin, que de alguna manera ya había descrito la epigenética en el siglo XIX, debería obtener finalmente su lugar en el olimpo científico. Para Darwin, los cambios en el ADN que se dan en el proceso evolutivo son fruto del azar, mientras que Lamarck sostenía que se producen debido a la interacción con el medio ambiente y a la adaptación a él. Los seguidores de Darwin despreciaron y casi borraron de la historia de la ciencia la teoría lamarckiana, hasta que las investigaciones epigenéticas aparecieron en escena y comenzaron a dar pruebas objetivas de su validez. “Lamarck no debería haber sido tan denostado”, opina Esteller.

Continuando con la idea de modificar la biología, Bruce Lipton, en el libro mencionado anteriormente, va un paso más allá en las implicaciones de la epigenética y la pone en relación con el cerebro y el poder de la mente para producir cambios biológicos. El denominado efecto placebo es el más claro de ellos: un alto porcentaje de pacientes se curan porque creen que están recibiendo un medicamento cuando lo que están tomando es un simple caramelo. El científico estadounidense menciona el caso de una mujer que participaba en un ensayo clínico con un antidepresivo y que mejoró espectacularmente de una depresión de años. La participante no recibía el antidepresivo, sino placebo, pero lo destacado del asunto es que las pruebas de imagen mostraban que la actividad de su cerebro había cambiado. La biología respondió a algo tan inmaterial como la sugestión o el pensamiento. Y para ilustrar que lo contrario también se cumple, el caso de un hombre que, tras ser diagnosticado de cáncer de esófago y haber recibido los tratamientos pertinentes, muere tal y como sus médicos le habían asegurado y vaticinado. Lo curioso del caso es que cuando le practicaron la autopsia no encontraron suficientes signos de cáncer como para haberle causado la muerte. Uno de los terapeutas que le atendieron dijo en un programa de Discovery Health Channel: “Murió con cáncer, pero no de cáncer”.

“Uno de los privilegios de ser un humano es que podemos hacer real nuestro pensamiento”, explicaba Joe Dispenza, bioquímico estadounidense especializado en el funcionamiento de la mente, en una entrevista realizada durante la presentación en España de su libro Desarrolla tu cerebro. La ciencia de cambiar tu mente. “De igual modo, el cerebro cambia como resultado del pensamiento”, añadía.

Lo que propone Dispenza para utilizar la mente en nuestro beneficio, tanto físico como psíquico, tiene mucho que ver con lo que hicieron los individuos con tumores de próstata: cambiar el estilo de vida. “Si pensamos siempre de la misma manera y nos comportamos de la misma manera, el cerebro no cambia. Lo que tenemos que hacer es forzar al cerebro a activarse de forma diferente”. La idea biológica que subyace a esta afirmación es que es necesario romper los hábitos, proponerse actuar, pensar e incluso sentir de una manera distinta a la habitual. De este modo se estimula la creación de nuevas conexiones neuronales a la vez que se debilitan las que nos mantienen en el mismo círculo de repeticiones. En una ocasión, un neurocientífico de la Universidad de California en San Francisco, Michael Merzenich, explicó que en cada momento elegimos cómo va a funcionar nuestra hiperflexible mente y así elegimos quién seremos en el momento siguiente. Efectivamente, la clave de esta posibilidad para modelar el cerebro está en su enorme elasticidad. La misma que nos permite aprender sin cesar y que también reorganiza todo cuando una de las áreas no funciona para que otras asuman al menos una parte de su trabajo.

Existe un cada vez más nutrido grupo de investigadores que estudian los aspectos más misteriosos del cerebro, como la conciencia, los límites de la mente y esa capacidad para cambiarse a sí mismo que tiene efectos sobre la biología. Ahí entran los numerosos experimentos que se han realizado en torno a la meditación, las terapias conductistas y la visualización, entre otras. Sin embargo, siguen siendo cuestiones controvertidas, y muchos neurocientíficos prefieren no entrar en ellas por considerar que no son materia de ciencia. Se ha dicho muchas veces que éste es el siglo del cerebro, de modo que es de esperar que, al igual que la epigenética ha aparecido para cubrir las lagunas que dejaba la genética, surja una epineurología (epi, prefijo griego que significa sobre o por encima).